miércoles, noviembre 22

El mayor incremento de nuevas infecciones se dio en Asia central y en Europa del Este


Según el informe 2006 de Onusida

A pesar de algunos avances aislados, la epidemia mundial de sida alcanzó un nuevo récord con 39,5 millones de infectados, de los cuales 4,3 millones de personas se habrán infectado este año con el virus del VIH, según el informe mundial 2006 presentado ayer en todo el mundo por el programa de la Organización Naciones Unidas para el sida (Onusida). "Si bien hay una perspectiva esperanzadora, especialmente en lo preventivo y en lo terapéutico, la epidemia sigue en aumento y también las muertes", afirmó ayer José Pages, representante de la Organización Mundial de la Salud en el Grupo Temático Sida durante la presentación del informe en Buenos Aires.

Según se informó, 2,9 millones de personas murieron de sida en 2004. Al igual que antes, el Africa subsahariana fue la más afectada por el virus de inmunodeficiencia humana: allí viven casi dos tercios de todos los infectados (el 63 por ciento). Pero el mayor aumento de infecciones por VIH se registró en Asia central y oriental, y en Europa del Este. Allí hubo en 2006 cerca de 21% más infectados que en 2004. En todo el mundo, según Onusida, sólo un cuarto de los 6,8 millones de infectados reciben la medicación antirretroviral.

El número de nuevos casos de sida y de muertes a causa del VIH en América latina descendió ligeramente en el último año, según la ONU, que cree que con menos "homofobia" y más programas específicos para los hombres que tienen relaciones homosexuales se podrían reducir aún más esas cifras. "En la región, se ganaron 834.000 años de vida por los tratamientos y la prevención -dijo Pagés-. Pero la epidemia se centra en las personas que adoptan comportamientos de riesgo, como los usuarios de drogas inyectable, el sexo inseguro y las trabajadoras sexuales."

Cuatro países

Las dos terceras partes de los 1,7 millones de personas que viven con el virus en la región (frente a los 1,8 millones de hace un año) pertenecen a los cuatro países más grandes (Argentina, Brasil, Colombia y México), aunque la prevalencia es mayor en los Estados más pequeños, especialmente en América Central. Pese a la relativa mejora de las cifras, Gabriela de la Iglesia, de Onusida, alertó sobre el hecho de que el 40% de las infecciones se registraron en jóvenes de entre 15 y 24 años. "Uno de cada cuatro infectados es un hombre que tiene sexo con hombres y el 19% son usuarios de drogas intravenosas", detalló.

En el informe se atribuye la expansión del virus en la región a "factores comunes a la mayoría de países latinoamericanos", como la pobreza y la migración generalizadas, e información insuficiente sobre tendencias de la pandemia fuera de las grandes ciudades, pero también a una "homofobia galopante". Al respecto, el trabajo apunta que a menudo el papel que juegan las relaciones sexuales sin protección entre varones "tiende a negarse e ignorarse públicamente en las estrategias para afrontar el VIH", sobre todo en América Central y los países andinos.

"La Argentina no está en una situación que produzca demasiada preocupación -dijo Pagés-. Tiene un 0,6% de prevalencia del VIH; es decir, unos 130 mil infectados entre la población sexualmente activa. Esta cifra es baja, y su situación es más ventajosa que la de otros países de la región."

Pero no todas las opiniones fueron tan optimistas. El director regional para América latina de Unicef, Niels Kastberg, afirmó que a la hora de buscar un método intensivo para combatir el sida hay que poner atención sobre las mujeres embarazadas y las menores de edad. "En América del Sur sólo el 30% de las embarazadas se hace el test -afirmó-. Detectar la enfermedad a tiempo es el mejor modo de frenar la transmisión del VIH. Y empezar a tiempo es empezar por la niñez, en el marco de la educación", indicó. Por ello, Kastberg reclamó que la escuela ayude a generar conciencia. "La información puede salvar vidasa", dijo.

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